Asma y ataques de pánico, un vínculo que empieza a confirmarse
El asma no es una patología psicosomática, entendida como la expresión física de un trastorno psicológico, sino una enfermedad respiratoria real. En los últimos diez años, los científicos han profundizado cada vez más en la correlación entre el asma y algunos trastornos de comportamiento como el común y conocido ataque de pánico.
El hecho de no poder respirar bien, como ocurre con el asma, puede tener un impacto psicológico sobre la persona. Sobre todo, si se habla de ataque de pánico, es decir, de un estado de ansia que provoca dificultad respiratoria.
Asma y ataques de pánico, primer estudio en 2003
La relación entre enfermedades respiratorias y psicológicas es un tema que la ciencia médica no había tratado hasta tiempos muy recientes. El primer estudio sobre la relación entre asma y ataques de pánico, por ejemplo, data de 2003 y fue realizado por un grupo de investigación estadounidense liderado por la Mailman School of Public Health con la participación de la John Hopkins University. El estudio revela una conexión clara entre la existencia de asma y el aumento del riesgo de ataque de pánico. No solo eso: en este caso, las formas alérgicas de asma, ataques de pánico y crisis respiratorias serían aún más intensas y persistentes.
Asma y ataques de pánico, ¿un factor bioquímico común?
La relación entre asma y ataques de pánico también parecen confirmarla las estadísticas, aunque todavía no es posible establecer una relación causal clara entre ambos trastornos. Los primeros científicos que estudiaron la asociación entre patologías respiratorias y trastornos de comportamiento han demostrado que la ausencia de síntomas inflamatorios del asma, que pueden provocar fuertes crisis respiratorias, no reduce la aparición de los ataques de pánico. Si este descubrimiento se confirmara, sostienen los investigadores, se podría establecer una relación entre asma y ataques de pánico no explicada por un factor físico como la dificultad respiratoria, sino más bien por un déficit en el funcionamiento del metabolismo.
Cuando el ataque de pánico provoca crisis asmáticas
Bajo el perfil psicológico, en cambio, las cosas son distintas. El estrés emotivo y el consiguiente ataque de pánico puede ser un factor desencadenante de ataques asmáticos, básicamente porque las manifestaciones extremas de risa, llanto, cólera o temor pueden provocar hiperventilación y un estrechamiento de las vías aéreas. No es casualidad que el ataque de pánico se alivie recomendando a la persona respirar de una forma concreta.