Todas las formas de decir tensión alta
Hipertensión significa tensión alta y es el riesgo cardiovascular más extendido. Dicho en un lenguaje comprensible para los profanos, la hipertensión conlleva riesgo de ictus o infarto. En España, las últimas estadísticas revelan que solo el 33% por ciento de las personas están controladas, de ahí que cada año se produzcan accidentes cardiovasculares que podrían evitarse.
La tensión alta, una enfermedad silenciosa
La tensión alta es un problema médico muy común con graves consecuencias debido a que se trata de una enfermedad “silenciosa”: puede pasar inadvertida y sin síntomas evidentes hasta sus fases finales, cuando los daños son ya irreparables. La hipertensión arterial se clasifica en dos grandes tipos: primaria y secundaria. Veamos en qué se diferencian.
Dos tipos de hipertensión: primaria y secundaria
Empezaremos por la hipertensión primaria, la más difundida pues afecta a casi el 90 por ciento de los hipertensos. La hipertensión primaria es consecuencia de una mezcla de factores ambientales y genéticos que afectan al corazón y a las arterias. Los factores genéticos son los más importantes mientras que los ambientales son achacables al estilo de vida. Entre los factores ambientales que favorecen el desarrollo de la tensión alta están: el estrés, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo y el consumo excesivo de sal. Evitarlos es un aspecto fundamental en la prevención y tratamiento de la hipertensión.
Cuando la tensión alta depende de los riñones
La hipertensión secundaria es la más rara de las patologías asociadas a la tensión alta y está causada por disfunciones asociadas al trabajo de drenaje sanguíneo realizado por los riñones. Este tipo de hipertensión afecta a casi el 10 por ciento de toda la población de hipertensos, con los mismos efectos que la hipertensión primaria.
Se puede vivir muchos años con la tensión alta
La hipertensión puede ser también benigna o maligna. En el primer caso la tensión alta se mantiene en niveles moderados y sigue un curso estable durante años o decenios. En teoría es posible vivir toda la vida con hipertensión benigna aunque se está expuesto a un mayor riesgo de infarto, insuficiencia cardíaca e ictus.
Hipertensión maligna, consecuencias graves en dos años
La hipertensión maligna, por el contrario, se presenta solo en el 5 por ciento las personas que sufren presión alta y puede acarrear complicaciones graves, incluso mortales, en el plazo de uno o dos años. Esta forma de tensión alta se define como hipertensión acelerada o maligna: supone un caso de emergencia médica caracterizada por una tensión sanguínea extremadamente alta, acompañada por la inflamación del nervio óptico situado detrás del ojo. Quien ha sufrido insuficiencia renal tiene un alto riesgo de desarrollar hipertensión maligna.