Belenofobia: ¿quién teme a las agujas?
El miedo a las agujas y alfileres afecta a casi el 10 por ciento de la población. La psicoterapia, que aborda otras fobias como el miedo a las arañas, prevé un tratamiento de exposición gradual a las agujas. ¿Qué significa esto? Que el miedo a las agujas se combate con agujas.
La belenofobia es el miedo a las agujas, un comportamiento que suele manifestarse en ataques de histeria ante una aguja o incluso en desvanecimientos. En sus formas más extremas, la belenofobia puede ir más allá del temor a las agujas de una jeringa y llegar a los alfileres, mondadientes y cuchillos de punta. Aunque afecta al 10 por ciento de la población, es un tipo de fobia que puede superarse con el clásico enfoque psicoterapéutico aplicado a otros comportamientos similares. ¿Un ejemplo? La aracnofobia.
Para vencer el miedo a las agujas: relajación y exposición
El tratamiento comportamental contra la belenofobia incluye dos fases: la primera de reconocimiento del problema y de profundización con técnicas de relajación y control y, la segunda, de exposición a las agujas. El miedo a las agujas se combate con un tratamiento de psicoterapia de 4 meses como máximo.
El miedo a las agujas se vence con agujas
Realizada la valoración individual de la belenofobia, comienza el recorrido de exposición donde el paciente se acerca, de manera muy progresiva, a las agujas. Se trata de afrontar la aguja cara a cara: según la teoría comportamental, los propios estímulos que desencadenan el miedo a las agujas son los que la curan. Al principio la aguja se muestra lejos o solo en imágenes. Esta fase inicial dura hasta que la persona se habitúa a las agujas. A continuación, se expone a la persona a un estímulo ansiogénico en un orden previamente estudiado, hasta llegar a exposiciones mucho más intensas. Siempre, según la teoría comportamental, este método “neutraliza” el miedo a las agujas en el 90-95 por ciento de los casos (¡un porcentaje excelente!).
¿Y si el temor a las agujas continúa?
Si el tratamiento comportamental no funciona (puede suceder) y el miedo a las agujas continúa siendo intenso, la belenofobia puede ser abordada, antes de la inyección, con la administración de fármacos, por ejemplo sedantes, o con la aplicación de cremas anestésicas en la zona de la inyección. Para ello es necesario encontrarse en una clínica con personal especializado.