Estoy embarazada... ¡Que no cunda el pánico!
¿Te sientes “diferente”?, ¿algo “extraña”? Es normal, ¡estás embarazada! Pero tranquila, con unos pocos gestos diarios podrás afrontar mejor está nueva situación de “dulce espera”. Para combatir el estrés puedes, por ejemplo, escuchar un poco de música o hablar de vez en cuando con el pequeño que crece en tu vientre. Evita también obsesionarte con las “patadas” o con la fecha de nacimiento.
Embarazo antiestrés: ¡habla con tu barriga!
Es cierto, ¡estás embarazada! Para acostumbrarte a la nueva presencia en tu interior, habla con el pequeño que crece en tu vientre. Imaginar que él o ella te escucha… es la mejor manera de superar la ansiedad y los temores de esta metamorfosis.
Pon la radio si estás en estado
Lo dice la ciencia: algunos estudios han demostrado que durante el embarazo el feto es receptivo a estímulos externos de tipo auditivo, como las palabras o la música. ¿Quieres relajarte? Lo tienes fácil: pon la radio y escuchad juntos tu música favorita. Una dulce melodía para tus (y sus) oídos.
Tócate la barriga
Acariciarse la barriga es un gesto instintivo de protección que muchas futuras mamás realizan de manera natural y que aumenta la simbiosis afectiva con su futuro bebé. ¿Quieres que la experiencia sea todavía más placentera? Masajéate la barriga con aceites o cremas y verás esfumarse el estrés.
Si no consigues quedarte embarazada, no te agobies
¿Quieres quedarte embarazada pero no hay manera? Primera regla: trata de no angustiarte. Lo último que debes hacer en estos casos es culpabilizarte. El estrés de embarazo no te ayudará a quedarte embarazada. Todo lo contrario: el estado de ansiedad y nerviosismo crónico no suele favorecer en nada el toque mágico necesario para quedarse en estado de buena esperanza.
Así que no te preocupes, ¡ya llegará el momento!
Lo segundo que no debes hacer si no te quedas embarazada es culpar o tomarla con tu pareja. Como seguramente sepas, una situación así donde prevalece el estrés por los resultados suele alterar la dinámica de pareja y el entendimiento con tu compañero. Si valoras la relación con tu novio o marido, tómatelo con filosofía zen: no te preocupes, ya llegará el momento en que por fin podrás gritar al mundo... “¡estoy embarazada!”.
¡No te obsesiones con las patadas!
¿Hoy has sentido menos patadas? Evita las paranoias, no las cuentes de manera obsesiva. Debes saber que hay niños más activos que otros. El mito de las diez patadas en doce horas como prueba de la buena marcha de un embarazo no debe interpretarse al pie de la letra, a pesar de tener base científica. Basta con “escuchar” la barriga diez minutos tres veces al día.
La fecha de nacimiento, esa gran desconocida...
Si estás en estado y los cálculos matemáticos te apasionan, recuerda que nadie puede saber la fecha exacta de nacimiento. Olvídate del calendario por un rato: tu ginecólogo te informará de las probabilidades. ¿Y si se retrasa varios días? Tranquila, es normal. No debes alarmarte por ello.